Una de las propuestas que el Hacklab hizo desde hace tiempo va por el lado de la independencia tecnológica. O sea, el poder manejar nuestros propios servicios y no depender de la benevolencia de servicios como Facebook, Twitter (ahora X), Notion, Google Apps, etc.
No conviene ser siempre inquilinos
Aunque en su momento la idea parece extraña, ya que está muy normalizado usar servicios así en Internet, podemos hacer una comparativa con la propiedad de la vivienda.
Cuando usas un servicio ajeno, estás alquilando una pieza pequeña en un hotel gigante: estás pagando (con dinero, o con tus datos) pero tu casita no te pertenece. Todo es para el propietario del hotel, y éste tiene intereses y preocupaciones distintas a las tuyas.
Todos se llevan bien porque es bueno para el negocio, pero ¿qué pasa cuando estás en desacuerdo? Puede ser por copyright, censura o temas corporativos ajenos a ti. Si te ves perjudicado, borran tus cosas o limitan tu difusión no puedes hacer nada ya que el lugar nunca fue tuyo.
Ahí vienen los Servicios Locales: servicios funcionando en un lugar que controlas. Esto viene a ser ya una casa propia: tú decides quién entra y sale, cómo se usan tus datos, o por cuánto tiempo estarán ahí.
Servicios Locales in the wild
Hay varios niveles de cosas que podemos considerar Servicios Locales, o self hosted services. Algunas son:
La nube
No todos los grupos de estudio, comunidades o hacklabs cuentan con un lugar fijo en donde dejar cosas instaladas. De ahí viene el concepto de self hosting en la nube.
Consta de alquilar recursos de hardware con un proveedor e instalar el software ahí. Hay proveedores para todo gusto y presupuesto:
- Hetzner (europeo, low cost)
- DigitalOcean
- Amazon AWS (muchas regiones en el mundo, servicios añadidos)
- OVH (europeo, low cost)
Organizaciones como Framasoft, Deuxfleurs y etc. (enfocadas en servicios libres) los han llegado a usar ya que, con economías de escala y una inversión inicial menor pueden tener acceso a mucho hardware y ancho de banda para satisfacer a los usuarios.
Como punto en contra, uno aún sigue sujeto a las condiciones del propietario del hardware y la red. Aunque usualmente estas son mucho mejores que un servicio no libre, siguen siendo importantes de revisar.
Controlemos el camino
Ahora tenemos acceso al servidor, pero no controlamos el camino. Siempre pensamos en Internet como redes de fibra óptica bien cuidadas, pero se parece más al lejano oeste: desde proveedores ambiciosos filtrando o congestionando tráfico intencionalmente, hasta supuestas cajas negras propiedad de organizaciones gubernamentales misteriosas, o la venta de datos Netflow a data brokers.
Además, no olvidemos que el acceso a Internet está lejos de ser estable, uniforme e igualitario para todos.
Si uno apuesta por la privacidad y un acceso justo, quizás puede pensar en mantener sus servicios locales cerca. Esto se logra comprando servidores, ya sea profesionales antiguos, PCs convencionales o placas ARM como las Raspberry Pi.
Además, si quieres distribuir la conexión, puedes armarte tu propio camino también: usando tu propia fibra o enlaces inalámbricos baratos. Guifi.net, sudomesh son un ejemplo de esto.